Maite Mascort

Vicepresidenta de la Societat Catalana d’Egiptologia y Arqueóloga de la Generalitat de Catalunya

 Maite Mascort es una de las figuras más destacadas en el ámbito de la Egiptología española. En esta entrevista nos revela los últimos trabajos realizados en Egipto por la expedición española dirigida por la Societat Catalana d’Egiptologia y comparte algunos secretos del fascinante mundo de la arqueología así como del desarrollo que está teniendo la Egiptología en España.

– Llevas 25 años trabajando en el ámbito egiptológico y eres la Vicepresidenta de la Societat Catalana d’Egiptologia ¿cómo empezó esta institución?

– El profesor Padró fundó en el año 1988 la Sociedat Catalana d’Egiptologia y me llamó para ver si quería ser la vicepresidenta, pues yo había estudiado la carrera con él. A partir de aquí empezamos a trabajar en serio con distintas ramas de la Egiptología, pues pensábamos que había un gran vacío. Partimos de Lengua e Historia como bases para poder después ampliar los estudios; creo que las clases tienen cierto nivel, así que los socios están contentos y siguen apuntándose y viniendo a nuestras clases.

– ¿Ves positivo el desarrollo de la Egiptología en España?

– Estamos a años luz de otros países, pero se está progresando. Todavía no hay una carrera universitaria especializada, aunque hay centros que están trabajando muy seriamente. Sin embargo, cuando te comparas con otras misiones como la americana o la alemana… Yo creo que es importante que haya interés, y que el interés sea un interés serio; que en la universidad los estudiantes puedan tener unas nociones y que después encuentren sitios para poder desarrollarlas. De las cosas más destacables que hemos hecho en la Societat Catalana d’Egiptologia, y creo que es muy importante, es tener una biblioteca especializada, ya que es una herramienta básica de trabajo si quieres hacer un estudio interesante sobre cualquier tema, porque generalmente no te puedes ir a una biblioteca extranjera. También tenemos la fortuna de que el doctor Padró tiene muy buenas relaciones con la Universidad de Montpellier – porque él había estudiado allí- y muchos estudiantes de la Universidad de Barcelona que se interesan por la Egiptología tienen facilidades para poder ir a Montpellier.

– El interés por la Egiptología en países como Alemania, Estados Unidos, Francia, ha sido en su mayoría académico, apoyado por las universidades que envían sus equipos de investigación y sus estudiantes para hacer prácticas. En España ¿está creciendo el interés académico o es sólo general?

– Hay un interés académico, fundamentalmente por los estudiantes y por el propio interés de la sociedad, que está empujado; lo que tenemos que conseguir es que haya cátedras de Egiptología en la Universidad y que haya estudios especializados. En la universidades españolas no los hay; cuando acabas la carrera de Historia Antigua -aunque hayas podido tocar algunos aspectos de la Egiptología-, si quieres continuar tienes que irte fuera.

– ¿Cómo empezaron las campañas arqueológicas españolas en Egipto? ¿cuál fue el proceso inicial y qué se está haciendo actualmente?

– España ha tenido algunas intervenciones en Egipto ¿Recordáis el trabajo de la Unesco para salvar los tesoros de Nubia a raíz de la construcción de la presa de Assuán en 1968? El equipo del gobierno español, dirigido entonces por el doctor Almagro -que era el director del Museo Arqueológico de Madrid- excavó unas necrópolis en la zona de Nubia; participó mucha gente del Museo de Barcelona, entre ellos el señor Monteras y el señor Montreal. La mitad del material rescatado se encuentra en el Museo Arqueológico de Barcelona y la otra mitad en el Museo Arqueológico de Madrid, porque el gobierno egipcio ofreció una parte en agradecimiento después de toda la campaña de Nubia; ya sabéis que regaló a cada gobierno una cosa y a España le dio el templo de Debod, que está en Madrid; a Francia un coloso de Akhenatón… Este fue el primer contacto español con Egipto en este sentido; tiempo después se excavó en la ciudad de Herakleópolis, en el Egipto Medio, y el doctor Padró acabó sus estudios de egiptología allí. Al cabo de unos años, la dirección de esta excavación estuvo compartida con Mª Carmen Pérez Díez, que había sido la conservadora del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Después se intentó que la Universidad de Barcelona pudiera tener también una misión en Egipto y se dieron todos los pasos para conseguirlo. Lo que hace el gobierno egipcio en estos casos es ofrecer una serie de yacimientos y sopesar el interés que puedan tener. La Universidad de Barcelona y el doctor Padró escogieron Oxirrinco y nos pidieron colaboración a miembros de su equipo, y desde 1992 estamos allí excavando.

– ¿Qué puedes decirnos de este yacimiento?

– Oxirrinco es una ciudad que está a unos 185 Km al sur de El Cairo; de la zona de El-Minia sale un brazo del Nilo, el Bar Yusuf, y Oxirrinco está en el lado occidental del mismo. Oxirrinco es un nombre grecorromano, porque el último estadio de asentamiento era una importante ciudad grecorromana -colonizada por griegos de Alejandría-, sobre una ciudad más antigua llamada Per-Medyed en egipcio. Es conocida desde el siglo XIX, porque unos papirólogos llamados Grenfell y Hunt iban a Egipto a buscar papiros a las ciudades grecorromanas como Oxirrinco, sacando miles de ellos. Incluso hay una colección de libros que se llaman los Oxirrincus papyrus, que se están estudiando como la más importante para conocer los modos de vida de este periodo griego. Los papirólogos iban a la caza de papiros sin controlar mucho cómo se excavaba. Asimismo, la gente egipcia iba a buscar a los yacimientos la materia orgánica de los estratos orgánicos de las antiguas ciudades para abonar los campos. También excavó en Oxirrinco el profesor Petrie. El yacimiento es amplísimo y lo que son las estructuras urbanas, seguramente están debajo de la actual ciudad. En 1980, el gobierno egipcio empezó a excavar allí y encontraron una necrópolis saíta de la dinastía XXVI; en 1992 se instauró la comisión mixta egipcio-española. Continuamos con las excavaciones de la necrópolis saíta en la zona grecorromana, para ver un poco la trama urbana. Tras la columna honorífica se descubre una puerta monumental de entrada a la ciudad; se volvió a reexcavar y se pudo constatar que no quedaba casi nada del teatro que el doctor Petrie dijo haber localizado. Tras una serie de sondeos, se siguió excavando en el subsuelo de la necrópolis y aparecieron estructuras saítas, algunas a cotas muy bajas; pero en la parte superior tenemos un conjunto cristiano de sepulturas, iglesias y oratorios. En las paredes de estos oratorios e iglesias han aparecido pinturas de una importancia tremenda, y este año, si todo va bien, en el Museo de El Cairo habrá una exposición a partir del 15 de Enero.

   Cuando empezaron a excavar la zona del conjunto cristiano, encontraron un muro de adobe de una altura considerable, lo exhumaron y limpiaron, y fueron apareciendo las pinturas. El problema es que los muros de adobe son poco consistentes; normalmente, cuando nos vamos al final de la temporada, la excavación se consolida mínimamente, pero en este caso las pinturas no se podían dejar al aire libre. Había dos posibilidades: o volver a tapar, es decir, volver a cubrir lo que ya se ha excavado -una posibilidad muy válida- o extraer las pinturas. Esta última es una solución en la que separas la pintura de su soporte natural, pero por otro lado preservas lo que es la obra de arte. Se estuvo valorando y se tomó una decisión. Entonces vino un restaurador a extraer las pinturas. Tenemos varias y de distintos estilos.

– ¿Del período saíta habéis encontrado cosas?

– Estamos estudiando las tumbas que habían excavado los egipcios y se ha encontrado una monumental. Pertenecía a un sacerdote importante de la necrópolis y hay una serie de pinturas y jeroglíficos que decoran la cámara principal; tiene 5 cámaras y ésta es la única decorada, aparte del sarcófago monolítico, donde hay textos escritos. Los estamos traduciendo y estudiando. Aparte hemos encontrado otras tumbas con sarcófagos en la zona, pero intactas ninguna. No podemos asegurar cuándo violaron estas tumbas saítas, porque en el nivel superior hay una necrópolis cristiana. Ésta tiene unos pozos rectangulares que bajan a mucha profundidad; en el fondo está el difunto estirado, orientado siempre con los pies al Este y la cabeza al Oeste; con poco ajuar (los cristianos no llevan mucho ajuar) y cubierto con hojas de palma a modo de protección. Algunas veces, en estos pozos que bajan verticales tantos metros, encontraron una tumba saíta.

– ¿Las saquearon los cristianos o ya estaban saqueadas de antes?

– Arqueológicamente no se ha podido saber. Lo que sí sabemos es que en algunas de ellas el egipcio se ha echado a un lado y se ha puesto al cristiano en su sitio. Tumbas saítas sin violar no las hemos encontrado hasta ahora; cristianas sí, muchas, pero bueno, no hay que desesperar.

– ¿Quién patrocina estas expediciones a Oxirrinco?

– Los socios de la Societat Catalana d’Egiptologia pagan unas cuotas, no tenemos ningún patrocinador. En lo que respecta a las expediciones, durante los tres últimos años se han pedido subvenciones al Ministerio de Cultura de Madrid y este último año ha sido financiado por la Societat Catalana d´Egiptologia, por la Universidad de Barcelona, por la Universidad Romeo Virgili de Tarragona y por la Universidad de Montpellier.

– ¿Cuál sería la contribución principal de Oxirrinco a la Egiptología?

– Pienso que es importante dar a conocer que Egipto es algo más que las pirámides o Luxor, aunque monumentalmente sea muy diferente. Aparte de esto, lo que es muy interesante de Oxirrinco es la evolución de las distintas épocas. Ahora tenemos una evolución del poblamiento, de los rituales funerarios y del pensamiento religioso; es decir, que podemos ver cómo al final de la civilización faraónica todo esto se va diluyendo un poco, cómo llegan los griegos, los romanos, los cristianos y los árabes. Por ejemplo, en Oxirrinco, y esto es muy importante, hemos encontrado una zona de incineración, posiblemente de los griegos que vinieron de Alejandría, pero duró poco, lo que quiere decir que la influencia egipcia era tan fuerte que se volvieron egipcios y se enterraron como ellos. En la época cristiana esto cambia totalmente, pero es curioso que sigan utilizando el mismo lugar; no les preocupa estar en una necrópolis pagana, incluso aprovechan las cámaras antiguas para enterrar a sus muertos. 

– ¿Y de lo que es propio de Egipto no hay ninguna pieza que hayáis podido rescatar?

– Los arqueólogos damos poca importancia a «la pieza». Todo en conjunto es muy interesante, por los exvotos que se han realizado y por las pinturas (cuyo valor tiene muchos aspectos: histórico, simbólico, religioso). Hemos encontrado un capitel hatórico muy original por su tipología; unos vasos cánopes que nos van a decir muchas cosas de la vida cotidiana…

– ¿Es muy complejo el proceso de pasar todo ese trabajo de campo a las conclusiones que aporta el yacimiento?

– Durante la misión, por la mañana hacemos el trabajo fáctico y por las tardes procesamos todo el material que hemos extraído de la excavación: primero se lavan, se inventarían, se dibujan… En una excavación aquí tienes todo el año para irlo procesando, pero de allí te lo has de llevar procesado, pues el material se queda en Egipto; y lo tienes que hacer bien, porque si te equivocas no puedes volver a mirarlo hasta después de un año. Cuando se llega aquí, las fichas se vuelven a repasar, se pasan a limpio, los dibujos se acaban de perfilar… Se hacen informes, se hace la memoria, la memoria se publica, y aparte se hacen -o al menos nosotros lo hacemos en la Societat- sesiones informativas para nuestros socios, y también públicas, para dar a conocer el yacimiento. Ahora la Generalitat tiene un ciclo de conferencias y una tribuna de arqueología; este año daremos ya una conferencia en la tribuna, es la tercera vez que nos invitan a dar a conocer nuestros resultados a un público amplio, aunque también lo llevamos a congresos internacionales. Generalmente, publicamos el resultado en la revista de la Societat, Nilus, que tiene un nivel muy bueno. Ahora ya tenemos los resultados de la primera campaña. Dentro de poco saldrá un libro y habrá una exposición gráfica para el público.

– ¿La memoria tiene algún tipo de periodicidad o son los resultados de cada año?

– La memoria está en proceso de publicación y saldrá como un libro monográfico de la zona. El director de excavación puede decidir cómo quiere publicarlo; en este momento está ultimando ya la documentación de la tumba nº1. Hay que entender también que las cosas se han de publicar cuando se puede cerrar el trabajo, no cuando se tiene media excavación. Se está estudiando ahora para que salga todo el complejo cristiano, pero respecto a las tumbas saítas estamos en proceso. Por otra parte es un trabajo de múltiples disciplinas y especialistas, que hay que armonizar, y no es fácil.

– ¿Cómo llegan a encajarse esas piezas que vais encontrando en los libros de historia general, los que utilizan a diario los estudiantes?

– Los libros de texto son de síntesis, y cuando la persona que va a hacer un nuevo libro de texto, hable del mundo grecorromano en Egipto, tendrá que hacer hincapié en Oxirrinco, y para poder hacerlo tendrá que irse a lo que ya se ha publicado y extraer una síntesis, porque será un dato que tendrá que incorporar… es decir, que cuando se hace un trabajo o se publica un libro hay que ir a buscar referencias, de la misma manera que cuando das una conferencia sobre Amarna has de leer lo último que se ha publicado de Amarna, porque has de estar al día. Si ahora tuviera que hablar del tema de Amarna tendría que leerme la última memoria de la excavación para incorporarlo en mi discurso, pero si lo que hay no incide directamente en lo que explico, no lo cojo. Uno puede estar excavando allí porque le interesa mucho saber el tipo de alimentación de los egipcios en aquel momento, pero a mí, para mi discurso, no me interesa, todo depende. El problema se da cuando la gente que hace libros de texto tan generales no se preocupa de buscar y hace unos tópicos tan tópicos que… es triste, pues todo el mundo copia lo que ha hecho el anterior.

– Nos gustaría que orientases un poco a los lectores que quieran estudiar Egiptología: hacia dónde deben ir y hacia donde no deben ir.

– Les diría que sepan lo que leen y lo que escogen, es decir, que si leen novela histórica, sepan qué es eso, una novela. Que no digan después «es que el señor tal en su libro ha escrito que…», no, eso es una novela, y no se puede leer al pie de la letra. Hay novelas históricas que están muy bien,  lo que pasa es que le pueden poner algún elemento que es básico para la trama pero no precisamente para la Historia. Mi mejor consejo es que escojan los libros con precaución, exigiendo un cierto rigor y no olvidando nunca el sentido común que debe orientar toda investigación.

Sergio García

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